Balenciaga como inspiración

Aproveché la pasada Semana Santa  para visitar el museo de mi idolatrado Balenciaga en Guetaria. Esta vez para conocer la última exposición que no había tenido oportunidad de ver hasta ahora. Maravillosa, como todas.

Cristobal Balenciaga siempre quiso ser modisto.  Su madre era costurera y él, desde niño, se dedicaba a reproducir todos los grandes diseños que veía.  Tuvo a la Marquesa de Casa Torre como mecenas y a partir de ahí su carrera fue meteórica.  Abrió tiendas primero en San Sebastián, y posteriormente en Madrid y Barcelona.  Tuvo que cerrarlas debido a la Guerra Civil Española y emigró a París, donde continuaron su éxito y fama mundial.

Tuvo a la Realeza y a la nobleza entre sus clientes así como grandes celebrities de la época.  Marlene Dietrich y Greta Garbo formaban parte de su lista.

Entre todos los diseños me llamó la atención especialmente este vestido de novia.

Me recordó al diseño de Tom Ford que lucía Gwyneth Paltrow en la Gala de los Oscars de 2012

A partir de entonces ha sido versionado por varios diseñadores.  Podemos encontrar esta opción low cost en Zara.

Su corte resulta muy elegante y novedoso. Es una buena elección para quién pueda permitirse lucir pierna. Pero a su vez, también esconde esa inestética curva de la felicidad, si no es muy pronunciada. Además es una opción para quien no desee enseñar brazos sin pasar calor.

A mí me convence. ¿Y a ti?